Sardinas y salmón: oro para nuestro cerebro

09.10.2022

Los resultados de un nuevo estudio ( DOI: https://doi.org/10.1212/WNL.0000000000201296) sugieren que los beneficios de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 para el cerebro comienzan en la mediana edad.

Las principales fuentes dietéticas de omega-3 son el pescado azul, como el salmón y las sardinas.

Investigaciones anteriores han relacionado los niveles más altos de omega 3 con una mejor función cognitiva y un menor riesgo de demencia en personas mayores.

El análisis actual incluyó a 2.183 participantes sin demencia o accidente cerebrovascular del Estudio del Corazón de Framingham. De ellos, 2109 pertenecían a la cohorte de la tercera generación y 74 a la cohorte Omni no blanca.

A partir de los glóbulos rojos, los investigadores midieron los niveles de ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), dos de los PUFAs omega-3 más abundantes. También calcularon el índice de omega-3 como la suma de EPA y DHA.

Todos los participantes se sometieron a una resonancia magnética cerebral. Entre otras medidas cerebrales, los investigadores se interesaron por el volumen del hipocampo y las hiperintensidades de la sustancia blanca (HSM).

Los participantes completaron una batería neuropsicológica detallada. Las pruebas evaluaron la memoria episódica retardada, la velocidad de procesamiento y la función ejecutiva. La prueba de similitudes se utilizó para evaluar el razonamiento abstracto.

Los resultados mostraron que cada aumento de unidades de desviación estándar (UDE) del índice de omega-3 transformado en logaritmos estaba relacionado con un volumen del hipocampo 0,003 cm3 mayor en relación con el volumen intracraneal (P = 0,04). Se obtuvieron resultados similares para las concentraciones de DHA o EPA individualmente.

Hubo un efecto de umbral para los niveles de DHA y el índice de Omega-3 en el que los participantes en los tres niveles superiores del cuartil tenían mayores volúmenes de hipocampo en comparación con los del cuartil inferior.

En cuanto a la cognición, los investigadores descubrieron que los niveles más altos de todos los predictores de omega-3 se asociaban con un mejor razonamiento abstracto.

Estudios anteriores en animales han arrojado algo de luz sobre un posible mecanismo del omega 3. Se ha demostrado que la deficiencia de DHA y EPA en ratones provoca una regulación a la baja de las proteínas de las vesículas presinápticas y de las subunidades del receptor de glutamato en las sinapsis del hipocampo. Los ratones envejecidos que fueron alimentados con una dieta enriquecida con omega-3 tenían mayores volúmenes de hipocampo y otras señales de salud cerebral.