Relación entre sueño y crisis epilépticas

13.12.2022

Se cree que la duración del sueño, la privación del sueño y el ciclo sueño-vigilia desempeñan un papel importante en la generación de actividad epiléptica y también pueden influir en el riesgo de crisis.

Por ello, a las personas diagnosticadas de epilepsia se les suele pedir que mantengan rutinas de sueño constantes.

Sin embargo, la evidencia emergente pinta una imagen más matizada de la relación entre las convulsiones y el sueño, con efectos bidireccionales entre los cambios en el sueño y el riesgo de convulsiones, además de la modulación por las etapas del sueño y las transiciones entre las etapas.

En esta nueva investigación, los autores (Brain, awac476, https://doi.org/10.1093/brain/awac476) llevaron a cabo un estudio longitudinal en el que se investigaron los parámetros del sueño y las crisis epilépticas autodeclaradas en un entorno ambulatorio en el hogar mediante monitorización móvil y portátil.

Sesenta sujetos llevaron un reloj inteligente Fitbit durante al menos 28 días mientras informaban de su actividad convulsiva en una aplicación móvil. Se investigaron múltiples características del sueño, como la duración, el exceso y la falta de sueño, y los tiempos de inicio y finalización del sueño.

En general, los resultados presentados demostraron que los cambios diarios en la duración del sueño tuvieron un efecto mínimo en las convulsiones notificadas, mientras que los cambios específicos del paciente en las horas de acostarse y levantarse fueron más importantes para identificar el riesgo de convulsiones al día siguiente.

Las convulsiones nocturnas fueron el único factor que aumentó significativamente el riesgo de convulsiones en las 48 horas siguientes a nivel de grupo.

Las convulsiones nocturnas se asociaron a una duración del sueño significativamente mayor y a un mayor riesgo de convulsiones en las 48 horas siguientes.

Los wearables pueden utilizarse para identificar estas relaciones sueño-convulsiones y orientar las recomendaciones clínicas o mejorar los algoritmos de previsión de convulsiones.


Fuente: Brain