Parkinson: la enfermedad cerebral que "más rápido crece" en el mundo

20.03.2023

Un producto químico común que se utiliza en el líquido corrector, los decapantes de pintura, los limpiadores de armas, los productos de limpieza en aerosol y la limpieza en seco puede ser el culpable clave detrás del dramático aumento de la enfermedad de Parkinson (EP), dicen los investigadores.

Un equipo internacional de investigadores revisó investigaciones previas y citó datos que sugieren que el tricloroetileno químico (TCE) está asociado con un aumento de hasta 500% en el riesgo de contraer la enfermedad de Parkinson (EP).

El artículo fue publicado en línea el 14 de marzo en el Journal of Parkinson's Disease.

El TCE fue sintetizado por primera vez en un laboratorio en 1864, y su producción comercial comenzó en 1920, señalan los investigadores.

Debido a sus propiedades únicas, el TCE ha tenido innumerables aplicaciones industriales, comerciales, militares y médicas.

Entre los productos de consumo en los que se encuentra el TCE figuran el líquido corrector para máquinas de escribir, los decapantes, los limpiadores de armas y los productos de limpieza en aerosol. Hasta los años 70, se utilizaba para descafeinar el café.

La exposición al TCE no se limita a quienes trabajan con él. También contamina el aire exterior, las aguas subterráneas y el aire interior. Está presente en una cantidad considerable de aguas subterráneas en EE.UU. y se evapora del suelo y las aguas subterráneas subyacentes y entra en los hogares, lugares de trabajo o escuelas, a menudo sin ser detectado.

Los investigadores señalaron que el rápido aumento de la incidencia de la EP no puede explicarse únicamente por factores genéticos, que sólo afectan a alrededor del 15% de los pacientes con EP, ni tampoco sólo por el envejecimiento.

Los autores reconocen que el papel del TCE en la EP, como ilustran los casos, dista mucho de ser definitivo. Por ejemplo, la exposición al TCE se combina a menudo con la exposición a otras toxinas, o con factores de riesgo genéticos no medidos.

Destacan la necesidad de más investigación y piden que se limpien y contengan los lugares contaminados, se controlen los niveles de TCE y se comunique públicamente el riesgo y la prohibición del TCE.

Source: Medscape