Microbioma varía entre subtipos de Esclerosis Múltiple

06.04.2020

Las variaciones en la composición de la microbiota se asocian con diferentes fenotipos de la esclerosis múltiple (EM), según un nuevo estudio publicado en Annals of Clinical and Translational Neurology. Los hallazgos demuestran la importancia de la estratificación de los pacientes en los estudios de la microbiota en la EM y también identifican posibles objetivos terapéuticos para algunos pacientes.

Las pruebas acumuladas sugieren que las alteraciones de la microbiota son importantes en la EM, pero los resultados de los estudios realizados hasta la fecha han variado. Sin embargo, en la mayoría de estos estudios anteriores, se compararon pacientes con EM remitente-recurrente (EMRR) que habían estado expuestos a diversos tratamientos de la EM con controles sanos.En el nuevo estudio, dirigido por Marie D'hooghe y Jeroen Raes, se compararon los perfiles microbianos de pacientes con diferentes fenotipos de la EM.

El estudio incluyó 98 pacientes con EM y 120 controles sanos, 98 de los cuales eran participantes en el proyecto existente sobre la flora intestinal flamenca. Los pacientes con EM se dividieron en cinco subgrupos en función de sus fenotipos clínicos: EMRR no tratada, EMRR no tratada durante una recaída, EM benigna no tratada, EMRR tratada con interferón y EM primaria progresiva no activa.

Se analizaron las muestras de heces de los pacientes y los controles para determinar la composición de su microbiota.

Ninguna medida de la composición de la microbiota difirió significativamente entre todos los pacientes con EM y los controles sanos.Sin embargo, las medidas de la riqueza microbiana del microbioma y la abundancia de varios taxones microbianos sí diferían entre los fenotipos de la EM.

Los pacientes también se clasificaron en uno de los cuatro enterotipos, grupos definidos por grupos específicos de especies bacterianas que componen la microbiota. Un enterotipo conocido como Bacteroides2 (Bact2) era prevalente entre los pacientes con EMRR tratada con interferón y EMRR no tratada durante una recaída.

El estudio incluyó 98 pacientes con EM y 120 controles sanos, 98 de los cuales eran participantes en el proyecto existente sobre la flora intestinal flamenca. Los pacientes con EM se dividieron en cinco subgrupos en función de sus fenotipos clínicos: EMRR no tratada, EMRR no tratada durante una recaída, EM benigna no tratada, EMRR tratada con interferón y EM primaria progresiva no activa.

Se analizaron las muestras de heces de los pacientes y los controles para determinar la composición de su microbiota.

Ninguna medida de la composición de la microbiota difirió significativamente entre todos los pacientes con EM y los controles sanos.Sin embargo, las medidas de la riqueza microbiana del microbioma y la abundancia de varios taxones microbianos sí diferían entre los fenotipos de la EM.

Los pacientes también se clasificaron en uno de los cuatro enterotipos, grupos definidos por grupos específicos de especies bacterianas que componen la microbiota. Un enterotipo conocido como Bacteroides2 (Bact2) se enriqueció entre los pacientes con EMRR tratada con interferón y EMRR no tratada durante una recaída.

"El enterótipo Bact2 se considera disbiótico y anteriormente se ha encontrado enriquecido en enfermedades inflamatorias, como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y la colangitis esclerosante primaria", explica Raes."Su presencia está correlacionada con el aumento de la inflamación sistémica e intestinal, incluso en la población sana, y es exactamente en los pacientes con EM más 'inflamatoria' - aquellos que experimentan una recaída - en los que encontramos Bact2 enriquecido".

Los resultados proporcionan información importante para el desarrollo de estrategias de modificación de enfermedades que se dirigen a la microbiota.