La siesta relacionada con un mayor volumen cerebral

23.06.2023

Las siestas diurnas pueden ayudar a preservar la salud del cerebro al ralentizar el ritmo al que éste se encoge a medida que envejecemos, según sugiere un nuevo estudio dirigido por investigadores de la UCL y la Universidad de la República de Uruguay.

El estudio, publicado en la revista Sleep Health, analizó datos de personas de entre 40 y 69 años y halló una relación causal entre la siesta habitual y un mayor volumen cerebral total, un marcador de buena salud cerebral vinculado a un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.

Investigaciones anteriores han demostrado que dormir la siesta tiene beneficios cognitivos: las personas que han dormido una siesta corta obtienen mejores resultados en pruebas cognitivas en las horas posteriores que sus homólogos que no durmieron la siesta.

Utilizando una técnica llamada aleatorización mendeliana, analizaron 97 fragmentos de ADN que se cree que determinan la probabilidad de que las personas duerman la siesta habitualmente. Compararon medidas de salud cerebral y cognición de personas más "programadas" genéticamente para dormir la siesta con otras que no tenían estas variantes genéticas, utilizando datos de 378.932 personas del estudio UK Biobank, y descubrieron que, en general, las personas predeterminadas para dormir la siesta tenían un mayor volumen cerebral total.

Se disponía de datos genéticos y escáneres de resonancia magnética (RM) del cerebro de 35.080 individuos extraídos de la muestra más amplia del Biobanco del Reino Unido.

En cuanto a las limitaciones del estudio, los autores señalaron que todos los participantes eran de ascendencia blanca europea, por lo que los resultados podrían no ser inmediatamente generalizables a otras etnias.

Aunque los investigadores no disponían de información sobre la duración de la siesta, estudios anteriores sugieren que las siestas de 30 minutos o menos proporcionan los mejores beneficios cognitivos a corto plazo, y que dormir la siesta a primera hora del día tiene menos probabilidades de alterar el sueño nocturno.


Fuente: University College London