Enfermedad cardiovascular y uso de antiepilépticos

13.01.2022

Se ha planteado la hipótesis de que los medicamentos anticonvulsivos inductores de enzimas (eiASM) se asocian a riesgos de enfermedad cardiovascular a largo plazo.

En este estudio los autores cuantifican el riesgo ardiovascular secundario al uso de

EiASMs. (JAMA Neurol 2021 Nov 1;78(11):1367-1374)

Se aislaron tres cohortes, 1 de las cuales comprendía todos los adultos que cumplían una definición de caso de epilepsia diagnosticada después de 1990, 1 comprendía casos incidentes diagnosticados después de 1998 (fecha de vinculación con el hospital), y 1 se limitaba a los adultos diagnosticados de epilepsia a los 65 años o más. El resultado fue la enfermedad cardiovascular incidente (cardiopatía isquémica o accidente cerebrovascular isquémico o hemorrágico). El riesgo de enfermedad cardiovascular incidente se evaluó mediante análisis de supervivencia ajustados por propensión y modelos de exposición acumulada ponderada.

En un modelo de riesgos proporcionales de Cox ajustado por edad, sexo, estado socioeconómico inicial y factores de riesgo cardiovascular, el cociente de riesgo de enfermedad cardiovascular incidente fue de 1,21 (IC del 95%, 1,06-1,39) para los que recibieron eiASM. La diferencia absoluta en el riesgo acumulado diverge en más de un 1% y es mayor después de 10 años. Para aquellos con una exposición persistente más allá de 4 prescripciones, la mediana del cociente de riesgos aumentó de una media (IQR) de 1,54 (1,28-1,79) cuando se tomaba una dosis diaria definida relativa de un eiASM de 1 a 2,38 (1,52-3,56) con una dosis diaria definida relativa de 2 a lo largo de un máximo de 25 años de seguimiento en comparación con aquellos que no recibían un eiASM. El riesgo fue elevado pero se atenuó al restringir los análisis a los casos incidentes o a los diagnosticados cuando eran mayores de 65 años.

En conclusión, el riesgo de enfermedad cardiovascular incidente es mayor en los que reciben eiASM. La asociación es dependiente de la dosis y la diferencia absoluta en el riesgo parece alcanzar importancia clínica aproximadamente a los 10 años de la primera exposición.