Dos raras condiciones neurológicas en pacientes con COVID-19

03.05.2020

Un hombre de 50 años desarrolló el síndrome de Miller Fisher y un hombre de 39 años desarrolló polineuritis craneal.
Ambas son variantes del síndrome de Guillain-Barré (GBS), que los médicos de China e Italia también relacionaron con la infección por COVID-19.
En ambos casos, los médicos hicieron los diagnósticos basados en exámenes oculares anormales. Los dos pacientes respondieron al tratamiento y mejoraron en dos semanas, y sólo el de 50 años presentó síntomas residuales de anosmia y ageusia.El hombre de 50 años fue admitido en una sala de emergencias con una temperatura de 99.9°F (37.7°C). Informó de dos días de diplopía vertical, parestesias periorales e inestabilidad en la marcha. Su examen neurológico mostró una función cognitiva y un lenguaje intactos.
Cinco días antes, desarrolló tos, malestar, dolor de cabeza, lumbago, fiebre, anosmia y ageusia.
Su examen neuro-oftalmológico mostró hipertropia derecha en todos los campos de la mirada, severas limitaciones en los movimientos de aducción y bajada de la mirada de su ojo derecho, y nistagmo del ojo izquierdo en la mirada izquierda. Estos hallazgos eran consistentes con la oftalmoparesis internuclear derecha y la parálisis oculomotora fascicular derecha.
Respondió a la terapia de inmunoglobulina intravenosa (IV) y fue dado de alta a las dos semanas de su admisión.
El hombre de 39 años de edad fue admitido en la sala de emergencias con diplopía y ageusia de inicio agudo. Tres días antes había presentado diarrea, fiebre baja y en general en malas condiciones, sin dolor de cabeza, síntomas respiratorios o disnea.
Mostró una esotropía de 10 dioptrías de prisma a distancia y 4 dioptrías de prisma de cerca, graves déficits de abducción en ambos ojos y nistagmo de fijación, con la mirada superior más deteriorada, todo ello consistente con una parálisis de abductores bilaterales.
El paciente fue dado de alta en su casa y fue tratado sintomáticamente con acetaminofeno y monitorización de telemedicina.
Dos semanas más tarde, había hecho una recuperación neurológica completa sin ageusia, movimientos oculares completos y reflejos tendinosos profundos normales.