Dieta y riesgo de demencia

25.04.2020

La combinación de alimentos que consumen las personas puede influir en el riesgo de demencia tanto como los alimentos que consumen, según sugieren las nuevas investigaciones.

Investigadores de la Universidad de Burdeos, en Francia, examinaron las "redes alimentarias" y comprobaron que las personas cuya dieta consistía principalmente en alimentos muy elaborados y con almidón tenían muchas más probabilidades de desarrollar demencia que aquellas cuya dieta también incluía alimentos elaborados e incorporaba una mayor variedad de alimentos saludables.

El estudio se publicó en línea el 22 de abril en Neurology

Los hallazgos actuales se alinean con múltiples estudios previos que muestran fuertes asociaciones entre grupos de alimentos específicos y el riesgo de envejecimiento cognitivo y demencia.

Por ejemplo, la dieta mediterránea, que hace hincapié en la alta ingesta de alimentos vegetales y el bajo consumo de carne y productos lácteos, entre otros factores, se asocia con un menor riesgo de deterioro cognitivo y de la enfermedad de Alzheimer.

Los participantes procedían del estudio "3-City", una cohorte de demencia basada en la población que se inició en 1999-2000. Comprende 9294 adultos no institucionalizados que viven en la comunidad y que son mayores de 65 años y proceden de Burdeos, Dijon y Montpellier (Francia).

Al cabo de 12 años de seguimiento, 215 participantes desarrollaron demencia. Se emparejó a un total de 209 participantes con dos personas de control (n = 418).

Los investigadores comprobaron que, si bien había pocas diferencias en la cantidad de alimentos que comían los individuos, las redes alimentarias generales diferían sustancialmente entre los participantes del caso y las personas de control.

La red alimentaria, o "centro", en los que desarrollaron la demencia era "fuerte y centrada" y se caracterizaba por lo que los investigadores describen como "charcutería", que consiste en carne altamente procesada así como patatas y otros alimentos con almidón, otras carnes, alcohol y aperitivos altamente procesados.

Entre los puntos fuertes del estudio figuran su gran población y su largo seguimiento. Entre las limitaciones figuran los posibles errores en la ingesta de alimentos autodeclarada y la evaluación de la dieta en un solo momento.