Beneficios de la dieta PALEO en la Esclerosis Múltiple
Una nueva investigación investiga el efecto de seguir una dieta paleo Wahls sobre la fatiga en la esclerosis múltiple (EM).
Una dieta rica en verduras, frutas, carne y pescado puede mejorar la fatiga en la EM.
Según algunas estimaciones, al menos dos tercios de las personas con EM experimentan fatiga debilitante como parte de su afección.
Hay muchas explicaciones posibles para la fatiga en la EM.
Por ejemplo, el agotamiento puede ser el resultado de los procesos patobiológicos asociados con esta afección, como la inflamación del sistema nervioso o la desmielinización.
Alternativamente, podría deberse a la mala alimentación y a la falta de sueño que suelen presentar las personas con EM.
Independientemente de sus causas precisas, las opciones de tratamiento para la fatiga en la EM son escasas, y los fármacos contra la fatiga como el modafinil y la amantadina suelen tener efectos secundarios.
Algunas investigaciones han sugerido que hacer cambios en la dieta podría mejorar la fatiga en la EM. Por ejemplo, un estudio anterior ha demostrado que una dieta basada en plantas, muy baja en grasas, puede mejorar el agotamiento en personas con EM remitente recidivante.
Murali Ramanathan, Ph.D., profesor de la Facultad de Farmacia y Ciencias Farmacéuticas de la Universidad de Buffalo en Nueva York, es el autor principal de la nueva investigación, cuyos resultados aparecen ahora en la revista PLOS One.
El profesor Ramanathan y sus colegas dieron seguimiento clínico a 18 personas con EM progresiva durante 12 meses.
Durante este tiempo, los participantes siguieron una estricta dieta Wahls, es decir, una dieta "Paleo" que el Dr. Terry Wahls desarrolló en 2008.
La dieta de Wahls excluye los granos, los lácteos, los huevos y las legumbres y fomenta el consumo de frutas, verduras, carne y pescado.
Además de hacer cambios en la dieta, los participantes se inscribieron en un programa de ejercicios que incluía estiramientos, ejercicios de entrenamiento de fuerza y estimulación eléctrica neuromuscular, así como meditación y automasajes para reducir el estrés.
Durante el período de seguimiento, los investigadores rastrearon los cambios en el índice de masa corporal (IMC) de los participantes, el consumo de calorías, los niveles generales de colesterol, los triglicéridos, los niveles de colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL) y los niveles de colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL).
Los participantes también reportaron sus niveles de fatiga usando la Escala de Severidad de Fatiga.
El estudio encontró que los niveles más altos de HDL, o colesterol "bueno", se correlacionaban con mejoras en la fatiga. Las reducciones en el colesterol total también se correlacionaron con una reducción en el agotamiento.
El papel positivo del colesterol bueno podría ser "porque juega un papel crítico en el músculo, estimulando la absorción de glucosa y aumentando la respiración en las células para mejorar el rendimiento físico y la fuerza muscular".
Los investigadores reconocen, sin embargo, que su estudio es sólo piloto y que se necesita más investigación.
"Nuestros resultados requieren confirmación dadas las limitaciones del diseño actual del estudio piloto, que incluye el pequeño tamaño de la muestra, la falta de grupo de control y la aleatorización", escriben.
"Sin embargo, si se confirma en estudios más grandes, la monitorización de lípidos puede ser útil para guiar las decisiones de tratamiento de la fatiga", explican el profesor Ramanathan y sus colegas.